La cabeza me daba vueltas. Todo lo que había transcurrido en tan solo dos días era demasiado fuerte para mí. Había sufrido muchísimo y, encima, me había enterado de cosas horribles. He estado viviendo toda mi vida en una gran mentira. Estaba furiosa con mi madre en aquellos momentos por no haberme contado nunca nada sobre mi verdadero padre.
Cuando me hube recuperado un poco, decidí hablar con mi madre. Tenía algunas preguntas que hacerle.
-Alek, ¿podrías dejarnos a mi madre y a mí a solas ?
-Llámame papá, Ashira.
-Jamás. Tú no eres mi padre.
-Lo soy y lo sabes.
-Lo serás, pero yo no te considero mi padre ni nunca lo haré. El único padre que he tenido ha muerto, y por tu culpa. Por favor, dejanos solas.
Alek no podía creer lo que su querida hija le estaba pidiendo.
-Ashi…hija mía.
-No me llames así, cabrón. Vete de una puta vez.
-¿Perdona ? Alina, ¿de qué manera la has educado ? Ashira, estás siendo una niña muy mala, así no se le habla a tu padre. Además, esta es mi casa, así que me quedaré aquí.
-Alek, mi padre ha muerto.Tú para mí no eres más que un psicópata. Dejanos solas unos minutos, encierranos bajo llave en esta habitación mientras hablamos, si quieres. Esperanos en la puerta. Pero dejanos un rato a solas, necesito hablar con ella.
-Está bien, tú ganas. Os dejo diez minutos, espero que sea suficiente.
Tras decir aquello, se va de la habitación. No me acerco a mi madre hasta que no escucho cómo Alek cierra la puerta con llave. Al fin teníamos un poco de privacidad. Me acerqué a mi madre, me senté en el suelo junto a ella, y la abracé.
-Mamá, tenemos que hablar.
Mi madre me miró a los ojos. La veía destrozada, y me mataba verla de esa manera. Le di un largo beso en la mejilla.
-Mamá, estoy cabreada contigo por no haberme dicho la verdad desde el principio. Te conté que aquel tipo estuvo a punto de secuestrarme hace cinco años, pero no ocurrió gracias a la vecina que pasaba por allí en ese momento y me salvó. Me podrías haber contado entonces que él era mi padre, todo habría sido mejor. Aun así, te perdono, porque te amo.
-Gracias Ashira, muchas gracias,-dijo mientras me abrazaba-aunque lo siento muchísimo, corazón. No te lo conté porque pensé que era lo mejor. Lo siento.
-No pasa nada, mamá. No pasa nada.
Vi cómo de repente se tranquilizó, pero temblaba, seguramente por el frío. Me quité el chaquetón y se lo puse. Ella me lo agradeció con una hermosa pero triste sonrisa. Había sufrido mucho, y me sentía culpable por ello.
-Bueno, hazme las preguntas que quieras. Creo que tienes derecho a conocer ya todo lo que desees.
-Sí. A ver...¿Sabía mi padre, es decir, Gaétan, que yo no era su hija ?
-Sí, claro que lo sabía. Lo supo desde un principio.
-¿Pero sabía quién era mi padre ?
-Eso no. Se enteró Alek antes de que le cortase la cabeza. Alek dijo que como no le dijese a Gaétan quién era tu padre, lo mataba. Por temos a que algo le ocurriese, se lo confesé, pero aun así, Alek lo mató.
-Y ese es mi padre, un psicópata. Mamá, ¿cómo te pudo gustar un tipo así ?
-Ashira, él de joven no era así. Era un chico encantador, guapísimo y divertido. Me hacía sentir genial. Es cierto que hace de eso dieciocho años, y ha cambiado un montón.
-¿Entonces estuviste saliendo con él un año ?
-Sí.
-¿Y desde hace cuánto lo conocías ?
-Cuatro años.
-Pero mamá, no lo entiendo, si tan bien os llevabais, ¿qué pasó?
-Pues, cuando le dije que estaba embarazada, no se lo tomó muy bien. Total, cuando pasaron seis meses se dignó a volver a verme, y me dijo que él sería el mejor padre del mundo y que estaría siempre a mi lado. Pero me engañó. Cuando naciste, a las dos semanas, me dijo que se tenía que ir otra vez a Rusia a trabajar allí. Me dijo también que había hecho lo imposible por rechazar el trabajo para quedarse conmigo, pero no lo consiguió. Pasaron dos años, me mandó una carta, pidiendome perdón por no haber contactado conmigo. Seguía perdidamente enamorado de él, y lo perdoné. Le respondía a la carta, diciendole cómo estabas, y hasta le mandé una foto para que te viese. No lo volví a ver hasta….
-¿Hasta hace cuándo ?
-Cinco años atrás. Cuando vino a casa. Al parecer jamás se había ido a Rusia, sino que me había estado espiando todo el tiempo.
-Mamá, si cuando llegué al instituto, tú sabías que era él, ¿por qué no me lo dijiste ?
-Porque no lo reconocí hasta que se fue, cuando sus ojos se clavaron en los míos.
-¿Tanto había cambiado ?
-No te imaginas cuánto.
Iba a hacerle otra pregunta, pero la puerta se abrió de golpe en ese momento. Alek apareció, informándonos que los diez minutos habían transcurrido ya.
Fue hacia donde estábamos, y cogió a mi madre de las manos, y la obligó a ponerse en pie. Con mucho trabajo, lo consiguió.
-Alina, ¿te gustaría volver a ser mi pareja, y formar por fin la familia que los tres deberíamos haber sido ?-preguntó.
Mi madre lo estuvo contemplando unos segundos. Clavó sus ojos en los de Alek y abrió la boca para contestar a aquella pregunta.
-No, jamás.-contestó Alina fríamente.
Alek se puso furioso y le dio un bofetón. Un bofetón que retumbó en aquella habitación. Alina cayó al suelo y todo se tornó negro para ella.
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